IRREGULARIDADES EN EL CENTRO MÉDICO DOCENTE LA TRINIDAD
CARACAS, VENEZUELA
PACIENTE: RAFAEL ARIAS
Mi esposo, Rafael Arias, ingresó a la emergencia del Centro Médico Docente La Trinidad (CMDLT) el día 4 de marzo de 2012 con dolor agudo de garganta y dificultad respiratoria. Luego de una nebulización hace un shock anafiláctico, supuestamente como reacción a un medicamento que desconocemos cuál es. Posteriormente, lo pasan a una sala de trauma shock para intubarlo porque presumían que se podía complicar. Durante este procedimiento de intubación presumimos que le revientan un absceso que hasta el momento no sabían que tenía, lo que le provocó una broncoaspiración y un paro cardiorespiratorio de 2 minutos aproximadamente, del cual lo sacaron satisfactoriamente y sin secuelas. Sin embargo, tuvo que permanecer 3 días en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), donde manifestó en hojas manuscritas las irregularidades que percibió sobre el diagnósitco y tratamiento, siempre contradictorios.
La médica tratante desde su ingreso por emergencia es la internista Dra. Zimbul Zinguer.
Cuando ocurrió ese primer evento, el personal médico sostuvo que el absceso se drenó espontáneamente. Sin embargo, nosotros tenemos la versión de mi esposo de que se produjo durante el procedimiento de intubación, el cual se llevó a cabo sin anestesia y mediante el uso de la fuerza por médicos y enfermeros de guardia. Esto le ocasionó fuertes hematomas en los costados. Al preguntarle por qué tenía esos morados nos dijo que entre dos enfermeros lo inmovilizaron mientras lo intubaban a la fuerza. Cabe destacar que luego de varios intentos fallidos logran la intubación utilizando un equipo para bebés.
De allí, fue trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) donde permaneció tres días, tiempo durante el cual estuvo consciente a pesar de la aplicación de sedantes, de acuerdo con lo referido por la Dra. Zimbul Zinguer: “No puedo ponerle más sedantes porque es peligroso”.
A través de notas manuscritas mi esposo nos comunicaba su preocupación y deseo de que lo sacaran de allí, ya que los médicos no se ponían de acuerdo, cada uno opinaba algo diferente y no sabían lo que tenía.
El día 7 de marzo de 2012 lo pasan a una habitación, ubicada en el piso 4 de la torre de hospitalización del CMDLT. El 11 de marzo de 2012 presenta un drenaje espontáneo por el cuello que requirió la actuación del médico interconsultante Dr. Alirio Mijares, cirujano de garganta y oncólogo, quien lo operó el 15 de marzo de 2012. El procedimiento contempló una limpieza quirúrgica para drenarle la infección producida por el absceso. En ese entonces, el Dr. Mijares nos indicó que le realizó una biopsia de un “huequito” que encontró (¿perforación?) y de la cual nunca más se volvió a hablar, ni conocemos los resultados.
En ese mismo acto, la gastroenteróloga Dra. Naovis Ruiz le colocó (presumiblemente ella) un gastrostomo para alimentarlo mientras cicatrizaba la operación de cuello.
De allí en adelante, mi esposo mejoró considerablemente hasta el punto que el día 23 de marzo de 2012 se le da de alta, recibiendo de cada médico tratante e interconsultante un informe de egreso con las indicaciones, recomendaciones, tratamientos y citas programadas para las consultas post-operatorias. Ese mismo día, una enfermar realizó la cura del gastrostomo y pensó que mi esposo tenía una secreción purulenta (pus) en la herida. Inmediatamente, la Dra. Zimbul Zinguer revirtió el alta telefónicamente a las 5:00 pm aproximadamente, mientras mi esposo estaba preparado para salir, vestido de calle, caminando, hablando y en pleno uso de sus facultades físicas y mentales.
La Dra. Zimbul Zinguer llamó a la Dra. Naovis Ruiz el viernes 23 y se presentó el sábado 24 a las 5:00 pm, es decir 24 horas después. A pesar de manifestar que se trataba de un error por parte de la enfermera insistió en que debía permanecer 2 días en observación.
El domingo 25 de marzo de 2012 a las 9:40 am le practican a mi esposo una nebulización con Pulmicort. Luego de ese procedimiento se sintió débil, mareado y con mucha tos, se le bajó la tensión y no pudo salir a caminar en la terraza como era su intención.
A partir de ese momento lo vieron cuatro médicos: la internista Dra. Zimbul Zinguer, el endocrinólogo Dr. Paul Haiek, la gastroenteróloga Dra. Naovis Ruiz, el residente Dr. Hernández Greffe, y posteriormente, el intensivista Dr. Alexander Gómez. Le midieron gases arteriales, pidieron perfil isquémico, exámenes de laboratorio a las 3:00 pm, dos electrocardiogramas, uno a la 1:30 aproximadamente y el otro lo realizó el intensivista Dr. Gómez después de las 4:45 pm. La Dra. Zinguer se había retirado de la clínica, expresándonos al día siguiente que ella se fue pensando que el paciente podía terminar esa noche en UCI nuevamente.
Ninguno se dio cuenta que necesitaba ir a Terapia Intensiva, ¿por qué esperaron hasta el último momento? ¿Sería porque no tenían unidad como expresaba el intensivista Gómez?, o sea todos los cubículos en UCI estaban ocupados.
Mi esposo en ese momento nos indicó que no podía respirar, se presentaron algunos médicos y enfermeras y decidieron llevárselo a UCI. En ningún momento desde que mi esposo ingresó estuvo solo en la habitación, mucho menos ese día en el que manifestaba un notable malestar.
A partir de entonces, no sabemos lo que sucedió. Supuestamente hizo un paro cardiorespiratorio, no sabemos dónde, cuándo, ni por cuánto tiempo, solo sabemos que mi esposo no salió de la sedación.
He reiterado en múltiples oportunidades que mi esposo ingresó a la UCI nuevamente en pleno uso de sus facultades físicas y mentales, saludando a sus familiares con la mano mientras lo sacaban de la habitación.
Mientras que, según palabras del Dr. Luis Milton López Silva, jefe de la UCI, aproximadamente a los 20 min de ingresar nos dijo que mi esposo hizo un paro respiratorio y se encontraba en gravísimo estado, con daño cerebral severo y en estado vegetativo. Nos habló de que el paro duro cerca de 2 minutos, luego nos dijeron que menos, y en una “Junta Medica” el 10 de abril de 2012 nos hablaron de 8 minutos.
Hasta el día de hoy nada sabemos sobre el particular, nadie habla sobre el tema y personalmente le he pedido al Dr. López Silva un informe por escrito que todavía no me ha sido entregado.
El 31 de marzo de 2012, estando mi esposo en coma, se le realizó una operación torácica, ya que la infección “supuestamente controlada del absceso” se había pasado hacia el mediastino y a la pleura, y era necesario realizarle un drenaje. Lo opera el Dr. Orlando Moreno, cirujano cardiovascular y torácica.
El 9 de abril de 2012 se le realizó una traqueostomía en quirófano por el Dr. Alirio Mijares.
El día 24 de abril de 2012 a mi esposo lo pasan a una habitación, y en vista de que se exprimió todo el dinero del Plan de Salud, la actitud de la clínica y de los médicos ha sido presionarnos para que nos lo llevemos a la casa en esas condiciones, donde según ellos va a estar más cómodo, reduciéndose los exámenes y visitas medicas.
El 4 de junio de 2012 me entero a través del gerente de Admisión que mi esposo está de alta y que según él “yo no me lo quiero llevar”, y que “el dinero se acabó y están generándose nuevos gastos que yo debo sufragar”.
La Dra. Zimbul Zinguer, médico tratante, entregó el alta en admisión y se fue de viaje, y finalmente apareció días después creyendo que ya no estábamos en la clínica.
En el día 17 de julio de 2012 fue necesario realizarle un cambio de gastrostomo, dilatado por dos semanas, ya que pretendían obligarnos a firmar un acta consentimiento leonina que incluía hasta la muerte del paciente.
IRREGULARIDADES:
Además de todo lo anteriormente expuesto han ocurrido y siguen ocurriendo irregularidades y arbitrariedades de todo tipo, como:
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En la UCI escasa o nula información por parte de los médicos sobre el estado del paciente, especialmente cuando se le practica algún procedimiento delicado, así como permiso de visitas discrecionales según el estado de ánimo del responsable de turno.
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Han ocurrido emergencias con mi esposo las cuales no me han informadas, mientras me pedían que me saliera de la habitación, como el reflujo por traqueostomo con posible broncoaspiración del día 3 de mayo de 2012, razón por la cual ya no me salgo de la habitación en ningún caso.
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El día 9 de abril de 2012 mi esposo tenia pautada, con 8 días de anticipación, una operación para realizarle una traqueostomia. A pesar de eso, el intensivista Dr. Narvaez, decidió unilateralmente realizarle un examen de potenciales evocados e intentó suspender la operación. Ante nuestra negativa y protesta llamaron a la Policía de Baruta, quienes se retiraron luego de comunicarnos con un Fiscal de guardia del Ministerio Público.
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Entre otras irregularidades, a mi esposo le colocaron dos veces la insulina provocándole una hipoglicemia con 35, que casi lo mata.
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Por otra parte, se ha requerido de urgencia el servicio de terapia respiratoria y se presentan cuando les provoca.
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Se le retiró la telemetría porque era un gasto innecesario ya que no acudían cuando se necesitaba.
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Aparte de los problemas de todo tipo con la nutrición por gastrostomo.
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El día 25 de marzo a las 3:00 pm, día en que cae en coma, se le practicaron unos análisis de laboratorio cuyos resultados no aparecen.
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No entregan los informes médicos, ni los de alta, ni indicaciones para la casa.
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Presionan para sacarlo de la clínica ya que se ha convertido en “una molestia para la clínica”, porque los familiares piden explicaciones y responsabilidades.
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Coerción para firmar cartas leoninas que incluyen posible deceso, previo a la realización de procedimientos requeridos por mi esposo.
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Acoso por parte del abogado de la clínica Dr. Rosito al no permitirle a médicos actuar si no se firma la famosa acta de consentimiento.
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Acoso por parte del departamento de Admisión.
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Acoso por personal de seguridad.
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Continua y reiterada desinformación sobre el estado del paciente.
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Negativa a entregar los informes de cada especialista por escrito.